Una de las cosas que más me gusta hacer, y sobre todo comer, son las tartas de queso de todas las formas y con todo tipo de queso.

Las he probado con requesón, con queso light, con queso crema… pero nunca había probado a darle un toque algo más fuerte. Y he de decir que el resultado es muy bueno. Eso sí… igual que una cheesecake se la puedes dar a alguien que no le guste mucho el queso, ésta os digo ya que mejor ni lo intentéis. El queso manchego le da un sabor súper característico y si no te gusta normalmente, es probable que esta no sea tu tarta.
De todos modos, para todos aquellos que os guste experimentar, aquí está vuestro postre!

¿Qué necesitamos?
200 gr. de queso manchego curado cortado en tacos.
3 huevos
170 gr. de de azúcar
50 gr. de maizena
50 gr. de mantequilla
160 gr. de queso de untar
Mermelada de uvas casera (podéis usar la que queráis, pero a mí con el queso manchego me pegaba mucho el sabor de la uva)

Nos ponemos manos a la obra!
Precalentamos el horno a 170º.

Mezclamos en un bol todos los ingredientes excepto la mermelada y los mezclamos bien picando con la batidora el queso manchego. Tenemos que batir hasta lograr una masa homogénea.

Vertemos la mezcla en un molde desmoldable y lo horneamos durante 1 hora aproximadamente.

Sacamos la tarta del horno, la dejamos enfriar y desmoldamos. Cuando esté fría, le añadimos la mermelada por encima.
Lo ideal es dejar reposar la tarta al menos una hora en la nevera aunque yo suelo hacerlas de un día para otro para que estén más cuajaditas.

Ahora ya sólo queda disfrutar!