Ayer tuve que romper mi proyecto de los 10 días antes de San Valentín. Mi abuelo, el mejor abuelo del mundo, se marchó para siempre así de repente, sin avisar, y obviamente, no he estado en casa, ni aunque hubiera estado, hubiera tenido ganas de hacer nada. Eso sí, hoy creo que se merece que le dedique un post, y en vez de ser por el día de los enamorados, yo le dedico mi ramo de rosas a mi «Agüi» porque ha sido para mí un pilar fundamental en mi infancia, en mi adolescencia, y porque aunque últimamente estuviera malito, siempre ha tenido una sonrisa en la cara. Y como comentaba ayer con una prima, nunca en la vida le hemos visto enfadado. Por eso y mucho más se merece este post, y todos los del mundo.

Ayer me despedía en FB de él, con una foto tomada desde nuestra terraza del pueblo, con un cielo precioso, para un día súper triste. Lo dejo aquí también porque FB es muy efímero.

Me enseñaste a montar en bici, las tablas de multiplicar, el melocotón con vino, los sandwitches de pan con mantequilla y chocolate rallado, el olor del espliego, el tomillo y cómo regar el jardín en verano para que fuera perfecto. Nos llevabas a Barajas a ver los aviones y a Chamartin a ver los trenes. Eras según Tata «el guitarra», el mismo que me regaló la mía y que siempre me pedía que tocara. Eras todo eso y mucho más. Mi abuelo, nuestro Agüi. Hoy el cielo de Escopete te despide con la tristeza de perderte y la alegría de haberte tenido. Agüi I»ll ♥ you forever.

Y después de este homenaje, le dedico un gran ramo de mini cupcakes en forma de rosas rojas, dulces, muy dulces, como a él le gustaban. Estoy segura de que se las hubiera comido todas.

¿Qué necesitamos para 12 mini cupcakes?
– 75 gr de Harina
– 75 gr de mantequilla ablandada
– 75 gr de azúcar
– 1 huevo
– 1 cucharadita de café de levadura
– 1 cucharadita de café de esencia de vainilla

Nos ponemos manos a la obra!!

Batimos con las varillas la mantequilla y el azúcar, y cuando sea una mezcla suave, añadimos el huevo y la esencia de vainilla. Batimos.

Añadimos después la harina (previamente mezclada con la levadura) y batimos bien hasta que quede una mezcla consistente.

Rellenamos las cápsulas (no más de 2/3 de su capacidad, que si no, se desbordan) y horneamos a 170º unos 20 minutos.

El horneado es un misterio y cada horno un mundo, así que aquí, que cada quien haga pruebas en su casa, yo he probado mil hornadas hasta encontrar la temperatura y el tiempo perfecto.

¿qué necesitamos para el frosting?
– 175 gr de azúcar glass
– 100 gr de mantequilla
– chocolate blanco en polvo

Mientras se hornean, nos ponemos manos a la obra con el frosting!

Batimos con las varillas la mantequilla hasta que esté blandita, y le añadimos el azúcar glass poco a poco. También le añadimos el chocolate blanco en polvo hasta obtener una masa consistente que podremos teñir y poner en la manga pastelera para decorar.

Agüi, son para ti!!! I ❤ U.